Jueves, 26 de junio
Mañana es mi último día de trabajo. Me jubilo. Después de cuarenta años dando clase, mañana me despido de mis compañeros y de mi trabajo en el instituto. Un tiempo nuevo comienza, en el que espero encontrar tanta vida como he encontrado en las aulas en las que he dado clase.
Atrás quedan más de cinco mil alumnos, chicos y chicas
de 12, de 13, de 14 años, llenos de vida y de futuro. Algunos de ellos ya
tendrán más de cincuenta años; los más cercanos acaban de dejar atrás los doce.
Cuarenta años: toda mi juventud y mi madurez.
Quisiera que mi libro
fuese, como es el cielo por la noche,
todo verdad presente, sin historia.
fuese, como es el cielo por la noche,
todo verdad presente, sin historia.
Que, como él, se diera en cada instante,
todo, con todas sus estrellas; sin
que niñez, juventud, vejez quitaran
ni pusieran encanto a su hermosura inmensa.
todo, con todas sus estrellas; sin
que niñez, juventud, vejez quitaran
ni pusieran encanto a su hermosura inmensa.
¡Temblor, relumbre, música
presentes y totales!
¡Temblor, relumbre, música en la frente
—cielo del corazón— del libro puro.
presentes y totales!
¡Temblor, relumbre, música en la frente
—cielo del corazón— del libro puro.
Desde esta
página quiero recordar a mis alumnos y a mis compañeros de:
Liceo Castellano, de
Valdeacederas, Madrid, de 1974 a 1976.
Colegio Público “Juan de Herrera”, de Villa
de Vallecas, Madrid, 1977.
Colegio Público “Cristo de la Misericordia”, de Numancia de la Sagra,
Toledo, de 1978 a 1980.
Colegio Público “Antonio Machado” de
Carabanchel Alto, Madrid, desde
1980 hasta 2001, veintidós años.
Instituto “Emperatriz María de Austria” de Carabanchel Bajo, Madrid,
desde 2002-03 hasta 2013-14, doce años.