jueves, 29 de noviembre de 2012

En defensa del derecho público



Deben haber creído ciertos ministros del Gobierno que por gozar de mayoría absoluta en el Congreso pueden hacer lo que les venga en gana y, poco a poco, la gente está respondiendo con sus movilizaciones a los atropellos de esos miembros del Gobierno y también de ciertos consejeros de las Comunidades Autónomas, cuando deciden pasar por encima de los derechos de los ciudadanos.

A la rebelión de profesores y maestros del curso pasado, a las huelgas generales y las manifestaciones numerosísimas de los últimos meses, van uniéndose, en un bucle cada vez más potente, multitud de colectivos que se rebelan ante los citados atropellos. De entre todos los colectivos, quiero destacar hoy tres, que por las repercusiones que están teniendo sus movilizaciones están haciendo retroceder, si bien torpemente, a los mandamases desatados. Esos colectivos son tres: médicos y demás personal sanitario, jueces, fiscales y personal de los tribunales y grupos contra los desahucios. 


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La defensa del hospital de la Princesa, en pleno barrio de Salamanca de Madrid, la rebelión contra la anticonstitucional ley de tasas judiciales del ultraconservador ministro Gallardón y el frenazo a los desahucios, que no ha hecho sino empezar, nos muestran a una ciudadanía que no se conforma con la pasividad, una sociedad que va a combatir duramente que se le recorten o se les quiten sus derechos más sagrados: derecho a la salud pública, a la educación pública y gratuita, a unas pensiones dignas y a un trato justo y humano para los desalojados de sus casas por culpa de la crisis.

Esta lucha no ha hecho más que comenzar; si los gobernantes no toman nota tendrán a la gente en la calle y en sus trabajos dispuestos a luchar por sus derechos. Y ante eso, la luz azul y las sirenas de los coches celulares de la policía no podrán. Haría bien el Gobierno en pensarse ciertas medidas ante de tomarlas, incluso en dar marcha atrás en otras; todo antes de seguir por esta senda de peligroso futuro.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Maratón en Valencia





Un maratón más de Javi, mi hermano . Y parece, por su crónica, que salió mejor que el anterior. Ánimo, Javi, me gusta el tono que empleas, es optimista y perfila un buen futuro, Un abrazo.  



Crónica del maratón

Decía la noticia del viernes 16 que Gisela Bajo Quintana se enfrentaba a un inminente desalojo de su vivienda en el barrio de La Torre (Valencia). El breve venía acompañado de una foto en la que Gisela espera en cuclillas la llegada de la autoridad. Dos señales de “STOP DESDONAMENTS” con fondo carmesí configuran con la silueta de Gisela (vestida con jersey y zapatillas del mismo color carmesí) un triángulo tan armónico como trágico. Con todo, lo que más llama la atención es su brazo derecho, descoyuntado, y dos dedos de su mano izquierda que asoman por la maltrecha manga del jersey. Son el brazo y los dedos de alguien que ha perdido la esperanza (Lasciate ogne speranza, voi ch'entrate). La imagen se me clava en la frente.  Y el diccionario acota con precisión el verbo “desahuciar”: ‘Quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea’. En ese punto se me colapsan las dos neuronas que se mantienen activas cuando faltan cuarenta y ocho horas para el maratón. Y el pronóstico para la carrera da viento y agua a discreción.

¡Pues qué bien!

En la salida coincido con AFA, Elzelu y gente de Leganés. Comentamos lo bueno que ha salido el día, sin lluvia, que era el temor general. Ya en el k2 veo a Jesús, habitual del parque. Va para 3h20 y me invita (me incita) a acompañarle. Pero no lo veo: el día está saliendo caluroso y muy húmedo. Lo había advertido en el foro días antes: “Mucho cuidado, porque con o sin lluvia hará calor. Y calor más humedad forman un binomio mortífero”. Así que me quedo: no quiero reventar en el k30. Y acierto.


Pasado el k5 fijo el ritmo: 4.55. Hasta el k35 voy clavando parciales con diferencias de 2-3 segundos. Voy cómodo, pero no me hago ilusiones: veo demasiado sudor perlando el cogote de quienes me preceden. Y ese detalle es más elocuente que los comentarios que oigo sobre lo bien que se está portando el cielo. Por otra parte, el paso por el centro de la ciudad me sirve de distracción: espléndida Valencia, la verdad, y más a esas alturas, cuando todo pinta de color de rosa.

Cruzo la media en 1h43, y sueño con mi único objetivo para hoy: doblar en la segunda media, cosa que será difícil, porque ya veo termómetros a 22º. Como por sorpresa entramos en los túneles; al placer del descenso (con permiso de los cuádriceps) se suman la percusión a toda hostia y la sinuosa penumbra: es inevitable el subidón. Me concentro en ese ligero rumor de zapatillas que apenas rozan el suelo. Y me doy por satisfecho. Lo que ocurra a partir de aquí no dejará de ser más que una anécdota.

En el 34 nos levanta el ánimo un grupo fallero graciosísimo, una buena idea para ese punto fatídico. Poco después veo de nuevo a Jesús, que va pinchado (de hecho, desde el 26 las aceras son un poema: la humedad y el calor se han cobrado una cruel factura). Y en ese punto me asaltan las dudas: voy bien de piernas, pero no de pulso. Para más inri el práctico de 3h30 se me echa encima. Según mis cálculos, llevo dos minutos de renta, de modo que vienen demasiado ligeros. Entre esto y aquello me dejo llevar por los nervios (¡en qué momento!) y apenas bebo en el 35. Suerte que llevo una vinajera por si acaso, así que me tranquilizo: decido que me devore el práctico. Calculo que en el grupo irán 300 corredores o más, así que me orillo para dejarles pasar; pero para mi sorpresa no son más de quince: la escabechina debe de haber sido descomunal.

En un grupo tan pequeño no puede haber mucho agobio, así que me cuelo de polizón, con la esperanza (Lasciate ogni speranza) de que el ritmo no sea muy duro. Y afortunadamente no lo es. Me resulta incluso cómodo, demasiado cómodo. Tanto que en el k39 compruebo que estamos haciendo parciales diez segundos más lentos de lo previsto. Imagino que los prácticos están bajando el pistón para entrar en 3h29 y justificar su ritmo, y como de piernas sigo bien, vendo mi pulso al diablo y me marcho por delante.

A partir de ahí, voy pasando corredores con la correspondiente euforia, porque en este tramo final me estoy quitando la espinita del último mapoma. Del 40 a meta me siento cada vez más ligero, ayudado por el perfil, por el público y por la escenografía, todo hay que decirlo.

Al final, 3h27. He perdido un minuto en la segunda media (los kms de la duda, entre el 35 y el 39), pero lo doy por bueno, porque esta vez he sabido interpretar la carrera.

Y lo mejor: a Gisela le han concedido dos años de moratoria. Ojalá se le vayan arreglando las cosas en ese tiempo.







jueves, 22 de noviembre de 2012

Otro poema de los dones, de Borges




En su  página, nuestro escritor Antonio Muñoz Molina, una vez más, recomienda la audición de una poesía de Jorge Luis Borges, Otro poema de los dones.

Aquí va el texto.


Gracias quiero dar al divino Laberinto de los efectos y de las causas
Por la diversidad de las criaturas que forman este singular universo,
Por la razón, que no cesará de soñar con un plano del laberinto,
Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises,
Por el amor, que nos deja ver a los otros como los ve la divinidad,
Por el firme diamante y el agua suelta,
Por el álgebra, palacio de precisos cristales,
Por las místicas monedas de Ángel Silesio,
Por Schopenhauer, que acaso descifró el universo,
Por el fulgor del fuego,

Que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo,
Por la caoba, el cedro y el sándalo,
Por el pan y la sal,
Por el misterio de la rosa, que prodiga color y que no lo ve,
Por ciertas vísperas y días de 1955,
Por los duros troperos que en la llanura arrean los animales y el alba,
Por la mañana en Montevideo,
Por el arte de la amistad,
Por el último día de Sócrates,
Por las palabras que en un crepúsculo se dijeron de una cruz a otra cruz,
Por aquel sueño del Islam que abarcó mil noches y una noche,
Por aquel otro sueño del infierno,
De la torre del fuego que purifica 
Y de las esferas gloriosas,
Por Swedenborg, que conversaba con los ángeles en las calles de Londres,
Por los ríos secretos e inmemoriales que convergen en mí,
Por el idioma que, hace siglos, hablé en Nortumbria,
Por la espada y el arpa de los sajones,
Por el mar, que es un desierto resplandeciente
Y una cifra de cosas que no sabemos 
Y un epitafio de los vikings,
Por la música verbal de Inglaterra,
Por la música verbal de Alemania,
Por el oro, que relumbra en los versos,
Por el épico invierno,
Por el nombre de un libro que no he leído: Gesta Dei per Francos,
Por Verlaine, inocente como los pájaros,
Por el prisma de cristal y la pesa de bronce,
Por las rayas del tigre,
Por las altas torres de San Francisco y de la isla de Manhattan,
Por la mañana en Texas,
Por aquel sevillano que redactó la Epístola Moral
Y cuyo nombre, como él hubiera preferido, ignoramos,
Por Séneca y Lucano, de Córdoba
Que antes del español escribieron 
Toda la literatura española,
Por el geométrico y bizarro ajedrez
Por la tortuga de Zenón y el mapa de Royce,
Por el olor medicinal de los eucaliptos,
Por el lenguaje, que puede simular la sabiduría,
Por el olvido, que anula o modifica el pasado,
Por la costumbre, que nos repite y nos confirma como un espejo,
Por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio,
Por la noche, su tiniebla y su astronomía,
Por el valor y la felicidad de los otros,
Por la patria, sentida in los jazmines, o en una vieja espada,
Por Whitman y Francisco de Asís, que ya escribieron el poema,
Por el hecho de que el poema es inagotable
Y se confunde con la suma de las criaturas 
Y no llegará jamás al último verso 
Y varía según los hombres,
Por Frances Haslam, que pidió perdón a sus hijos por morir tan despacio,
Por los minutos que preceden al sueño,
Por el sueño y la muerte, esos dos tesoros ocultos,
Por los íntimos dones que no enumero,
Por la música, misteriosa forma del tiempo.


Donde habite el olvido, de Luis Cernuda





Donde habite el olvido

¡Qué poesía, esta de Luis Cernuda, que toma como título un verso de Gustavo Adolfo Bécquer! Me parece un texto redondo, una magnífica exposición de las consecuencias del enamoramiento posesivo y enajenador.



Donde habite el olvido, 
En los vastos jardines sin aurora; 
Donde yo sólo sea 
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas 
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. 

Donde mi nombre deje 
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, 
Donde el deseo no exista. 

En esa gran región donde el amor, ángel terrible, 
No esconda como acero 
En mi pecho su ala, 
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento. 

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, 
Sometiendo a otra vida su vida, 
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente. 

Donde penas y dichas no sean más que nombres, 
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; 
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, 
Disuelto en niebla, ausencia, 
Ausencia leve como carne de niño. 

Allá, allá lejos; 
Donde habite el olvido.


Luis Cernuda

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Árboles abolidos





En estos tiempos sombríos que estamos viviendo, tiempos de crisis en los que los oportunistas y los poderosos aprovechan para empeorarlo todo, bueno es recordar algún poema que nos lleve a tiempos pasados en los que a la crisis total se unía una absoluta falta de libertad.

El poema de Blas de Otero que transcribo más adelante no solo no nos consuela al pensar que hubo tiempos peores sino que nos estimula para encontrar caminos de futuro.

Nadie debe sentirse derrotado si hay una continua movilización social: es la herramienta más poderosa con la que contamos los ciudadanos y, por tanto, la más temida.

Árboles abolidos,
volveréis a brillar
al sol. Olmos sonoros, altos
álamos, lentas encinas,
olivo
en paz,
árboles de una patria árida y triste,
entrad
a pie desnudo en el arroyo claro,
fuente serena de la libertad.

   Blas de Otero






martes, 13 de noviembre de 2012

Mañana, 14 de noviembre, Huelga general





Huelga General


Sobran las razones para la huelga general. Cuenta esta con el respaldo de la mayoría de miembros de la Cumbre Social, auspiciada por los sindicatos e integrada por unas 150 organizaciones.
La huelga general en España se enmarca en una jornada de "acción y solidaridad" en toda Europa organizada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que en Portugal se traducirá en una huelga general promovida por la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) y en Italia en un paro de cuatro horas al que ha llamado la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL).
La marcha más importante en España se celebrará en Madrid, que partirá de Atocha y llegará hasta la Plaza de Colón. Arrancará a las 18:30 horas. La de Barcelona partirá a la misma hora desde la Plaça Catalunya.

Artículo de Antonio Muñoz Molina acerca de la crisis

Qué porvenir

nov
12
2012
Lo que yo me pregunto es qué clase de porvenir desea o imagina o cree que está preparando toda esta gente que manda ahora, la que toma decisiones en gobiernos y empresas, la que despide trabajadores cualificados mientras mantiene sueldos multimillonarios para directivos, la que cierra hospitales públicos y mantiene empresas fraudulentas llenas de enchufados, la que elimina los fondos para investigación científica y sostiene canales de televisión en los que se difunde la brujería y la astrología, la que permite que una mujer embarazada pierda a un bebé por falta de una medicina y se gasta el dinero de la sanidad en asesores y protocolos, o en privatizaciones de rapiña que enriquecen a unos cuantos estafadores con conexiones políticas.
Casi todo puede ser eliminado, salvo los privilegios. A mi pobre tío Juan, el hermano de mi padre, lo operaron del corazón en un hospital de Córdoba y al día siguiente lo pusieron en la calle, no sólo convaleciente, sino además con una infección de orina que contrajo mientras estaba ingresado y que agravó sus dolores. Preguntó cuándo llegaba la ambulancia para llevarlo de vuelta a Úbeda y alguien le dijo, no sé si con chulería o con el cinismo de quien lo da todo por perdido: “¿Una ambulancia? ¿Es que no ve usted los telediarios?” Y mi tío, recién salido de una operación gravísima, casi sin poder moverse,  tuvo que volver a Úbeda en el coche de su hija. Quién sabe cuántos gerentes, asesores y parásitos varios tendrá ese mismo hospital, de cuántas ambulancias hay que prescindir para mantener en España una flota de coches oficiales que sigue siendo una de las mayores del mundo.
Habría que pedirles que nos explicaran cómo es el mundo que quieren: cómo es un mundo en el que no hay sitio para trabajadores con preparación y experiencia, en el que el dinero medirá el acceso a la educación o a la salud, en el que sólo ellos y los suyos y los mercenarios que los protejan y los subordinados que los sirvan tendrán garantizada la supervivencia, en el que habrá un foso cada vez mayor entre los territorios de los ricos y los de los pobres, entre los educados y los ignorantes, entre los hundidos y los salvados.