Hace un par de años publiqué en el blog esta entrada, que ha sido muy visitada. Por la actualidad del lugar, con motivo del cónclave para elegir nuevo Papa, la traigo aquí de nuevo. Casi nada puede decirse de la Capilla Sixtina que no se haya dicho ya. Ni de Miguel Ángel. Doctores tiene la iglesia.
No
obstante, cuando volvimos de un viaje a Roma en enero, llegué a Madrid
con el recuerdo grandioso de la pintura del genio pero también con el
conocimiento de su rebeldía ante el Papa, de sus discusiones y de tantas cosas
más. Vi también algún libro sobre los secretos de la Sixtina, y traté de
documentarme un poco al respecto.
Veamos
algunos guiños de Miguel Ángel
En esta primera foto observamos el dedo de Dios y el de Adán en el momento de la creación. El dedo de Dios es el de la mano derecha pero el de Adán es el de la mano izquierda. Así que en la creación de Adán el soplo de vida se inicia en el dedo índice izquerdo. Un guiño del bueno de Miguel Ángel, que era zurdo.
Sigamos
con Dios y con la creación. Y observaremos a Dios dentro de un hemisferio
cerebral humano. Parece ser que era común pintar figuras, y caras dentro de
siluetas de partes del cuerpo humano. Pero precisamente el cerebro, y dentro
Dios... Ni que estuviera diciendo que Dios es una creación de la mente humana…
Miremos una foto del incomparable juicio final. Siempre me ha llamado la atención la disposición de los cuerpos y los espacios azules entre ellos. Sabido es que nuestro artista sentía un gran aprecio hacia la figura de Dante, y de la poca consideración que del escritor tenían en Roma y en el Vaticano en el tiempo en que Miguel Ángel pinta la Sixtina. Bueno, pues ahí está la silueta de Dante en el Juicio Final. Curioso asunto, astuto homenaje.
Todo
lo anterior lo leí y consulté en enero en la red. No es de mi cosecha. Sin
embargo esto que diré a continuación no lo he visto en ningún lugar. Mirad bien
el Juicio Final. Una silueta de una calavera. ¿Qué querrá simbolizar? ¿Que después de la
muerte no hay nada? ¿ Es éste el mensaje secreto, en plena Capilla Sixtina, en
la joya del Vaticano?
Un guiño más: el
árbol del paraíso no es un manzano, como popularmente se ha dicho siempre.
Nuestro pintor nos muestra una higuera. Curioso.
Querido “Maestro", la higuera es el símbolo de le fertilidad; el manzano lo es del pecado original. Si lo lees, saludos desde Azaña.
ResponderEliminarHola, Juan Luis:
ResponderEliminarEspero que la vida te trate bien. Gracias por tus palabras en este blog.
La higuera, bien dices, es el símbolo de la fertilidad. Y el manzano, del pecado original. Lo curioso de la Sixtina es que el árbol del paraíso es la higuera, a quien el artista identifica con la vida, con el placer, con la fertilidad. Nunca la vida, la fertilidad, el placer habrían de identificarse con el pecado. Ese es, a mi parecer, el guiño de Miguel Ángel: Nada de manzano (pecado) sí a la higuera.
Un abrazo.
Y en la parte inferior derecha esta Caronte, quien lleva las almas condenadas a las puertas del infierno. Tal como lo describe Caronte en la Divina comedia.
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