Foi na Travessa da Palha es un fado portugués compuesto en 1958
por Frederico de Brito, con letra de Gabriel de Oliveira, interpretado originalmente por Lucília
do Carmo. Emblema del fado lisboeta, el tema es el recurrente en este género de
canciones, los sinsabores del amor, pero tratado en este caso de forma más
alegre, menos desgarrada. Relata una competición entre dos mujeres fadistas por
un amante provocador en una de las viejas tascas lisboetas, denominada Taberna de Friagem. En la película Fado, de Carlos Saura, rodada en 2007, Lucília do Carmo es recordada por Lila Downs con la
interpretación de esta famosa canción, colocando esta versión en las nuevas
corrientes del fado contemporáneo.
Letra
Foi na Travessa da Palha
que o meu amante, um canalha,
fez sangrar meu coração:
trazendo ao lado outra amante
vinha a gingar petulante
em ar de provocação. (bis)
Na taberna de Friagem
entre muita fadistagem
enfrentei-os sem rancor,
porque a mulher qu’ele trazia
com certeza não valia
nem sombra do meu amor. (bis)
A ver quem tinha mais brio
cantamos ao desafio
eu e essa outra qualquer.
deixei-a perder de vista
mostrando ser mais fadista
provando ser mais mulher. (bis)
Foi uma cena vivida
de muitas da minha vida
que não se esquecem depois,
só sei que de madrugada
após a cena acabada
voltamos para casa os dois. (bis)
Traducción
Fue en la Travessa da Palha
donde mi amante, un canalla,
hizo sangrar mi corazón,
trayendo consigo a otra amante,
venía contoneándose petulante
con aires de provocación. (bis)
En la taberna de Friagem,
entre mucha gente del fado,
me enfrenté a ellos sin rencor,
porque la mujer que él traía
con certeza no valía
ni la sombra de mi amor. (bis)
Para ver quién tenía más brío
cantamos al desafío
esa otra cualquiera y yo;
la dejé a la altura del betún
mostrando ser más fadista,
demostrando ser más mujer. (bis)
Fue una de esas escenas,
entre otras muchas en mi vida,
de las que nunca se olvidan;
solo sé que de madrugada,
cuando todo hubo acabado,
nos fuimos a casa los dos. (bis)
hizo sangrar mi corazón,
trayendo consigo a otra amante,
venía contoneándose petulante
con aires de provocación. (bis)
En la taberna de Friagem,
entre mucha gente del fado,
me enfrenté a ellos sin rencor,
porque la mujer que él traía
con certeza no valía
ni la sombra de mi amor. (bis)
Para ver quién tenía más brío
cantamos al desafío
esa otra cualquiera y yo;
la dejé a la altura del betún
mostrando ser más fadista,
demostrando ser más mujer. (bis)
Fue una de esas escenas,
entre otras muchas en mi vida,
de las que nunca se olvidan;
solo sé que de madrugada,
cuando todo hubo acabado,
nos fuimos a casa los dos. (bis)
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