Mi compañero y amigo,
el pintor Miguel Ruiz-Poveda, me ha entregado hoy este retrato de mi suegro, Telesforo. Me
lo prometió cuando le conté su trabajo durante más de cuarenta años en La
Calera. Desde aquí, de nuevo, mi agradecimiento y mi asombro ante el arte del
Dibujo. Gracias, Miguel.
“Este verano pasado,
con 98 años bien cumplidos, Telesforo aún ha ido a La Calera.
Arrimaba yo el coche junto a la puerta de su casa a las ocho en
punto, siempre me estaba ya esperando, y nos íbamos un par de veces por semana
a regar, a tapar las uvas para guardarlas de los pájaros y a limpiar y cavar
lindes y alcorques. Mientras yo llevaba cubos de agua a algunos arbolillos, él,
imponente como un héroe griego, con su camiseta de tirantes y
su sombrero de paja, ajustaba la abertura de sus ojos al resplandor del sol
y subía cubos de agua acariciando la carrucha del pozo. Así se
olvidaba de sus muchos años. Aún ha vareado más de quince almendros, y todavía
le he visto comer uvas e higos a pecho y con deseo. El bastón quedaba en el
portalón, pues la tierra, blanda, le sustentaba con un plus de fuerza y
juventud.” Jesús Bermejo
http://roblesamarillos.blogspot.com.es/2011/02/la-calera-memoria-de-un-tiempo-de.html
¡Está clavado!
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