Llego a casa después de un duro día de trabajo. En la cocina, preparo merienda con fruta y café. Paso al estudio con mi bandeja y voy comiendo mientras ojeo el periódico; oigo de fondo una letanía monótona de síes y noes: es la votación para Presidente del Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo.
De repente se oyen un ruido muy fuerte, como un portazo o un tiro. Dejo de leer y de comer mientras oigo la voz del locutor, una mezcla de sorpresa y miedo. Dice que un teniente coronel acaba de entrar en el hemiciclo y, pistola en mano, se dirige a la tribuna.
“¡Quieto todo el mundo!” se oye
claramente. El locutor va callándose mientras una algarabía de tiros y voces
siembra el pánico: “¡Al suelo! ¡Al suelo!” Después se oye una voz que dice:
“¡Corta, que esto se mueve!”
Aparto la bandeja y el periódico de la
mesa. Me quedo pensativo. Está claro, parece el golpe de estado del que tanto
se ha venido hablando. Pienso qué puedo hacer ahora mismo.
¿Quedan en casa papeles comprometedores
de cuando hemos estado en el partido?
¿Habrá problemas en la carretera de
Barajas, de donde viene María José?
¿Suspenderá el hermano de Alberto la
mudanza? Quedó en venir a recoger la cama mueble…
La radio ha quedado muda de noticias y
la tele también. En onda corta nada de nada aún. Tomo un papel y hago unas
cuentas:
Del 14. 04. 1931 al 18.07.1936: La II
República duró 5 años, 3 meses y 4 días.
Del 20.11.1975 a hoy 8 23.02.1981 :
Desde que murió Franco hasta hoy han transcurrido 5 años, 3 meses y 3
días.
No es posible, no puede ser. Esta vez no
puede triunfar algo así. Me consuelo con aquello que dijo Karl Marx: “La
historia cuando se repite es en forma de farsa”.
Ninguna información. Llega Mª José sin
problemas. Hago algunas llamadas y recibo otras. Entre ellas de un compañero
del Cole que me ofrece su casa por si fuera necesario. Alberto llega con su
hermano y se llevan la cama mueble.
De madrugada vemos el discurso del Rey
por televisión. Parece ir fracasando el golpe. Por la calle ni un alma.
Noche de frío y de ausencia. Me acuerdo de tantas manifestaciones pidiendo mil
cosas en 1976 y 1977... Ahora todo está paralizado. De nuevo el miedo. Nos
acostamos.
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