miércoles, 26 de junio de 2019

La investidura de Pedro Sánchez es posible con la abstención de PP y Ciudadanos


La investidura de Pedro Sánchez  saldría adelante si se abstuvieran el PP y Ciudadanos. 

Veamos tres consideraciones:


1. Los nacionalistas radicales y los populistas

Los nacionalistas radicales catalanes y vascos se retroalimentan de otros radicales tan excluyentes como ellos, tan aparentemente diferentes pero tan iguales, los nacionalistas españoles de Vox. Son todos esencialistas, sólo desean convivir con sus iguales, despreciando el meollo de la libertad y la democracia: la aceptación de los que no piensan como ellos y el respeto hacia los demás a ser distintos y, sin embargo, iguales ante la ley.


Los nacionalistas radicales necesitan unos de los otros, como un espermatozoide y un óvulo, de ahí que, en el auge de los populismos, manifiesten crudamente sus intolerancias. A los nacionalistas españoles de Vox, les sucede como a los nacionalistas radicales catalanes y vascos, como a muchos populistas de Podemos: su programa político es dinamitar poco a poco la Constitución de 1978.



2. Los constitucionalistas

Son  constitucionalistas todos los españoles que acatan la Constitución, y no por imperativo legal sino porque creen en ella y la defienden. Y los diputados que los representan juran o prometen la Constitución sin más, sin añadidos ni coletillas. Los que añaden coletillas son diputados que tienen derecho a ser independentistas, populistas o franquistas; tienen libertad de expresión pero, en buena lógica, debieran permanecer fuera de los órganos del poder central.


Es verdad que la Constitución debe ser reformada y que la España de las Autonomías necesita renovarse, para ajustar mejor las competencias del Estado central, las de cada Comunidad y las de las Corporaciones Locales. Ese es un debate que va a empezar a darse, y no tanto el de remozar los poderes de las autonomías sólo. Incluso es posible que sobren órganos, o quizá haya que redefinir las provincias y los límites de éstas. A lo mejor hay que afianzar más, y más claramente, competencias que sólo pueden ser del Gobierno de España y de las Cortes. Ese debate se va a ir abriendo.



3. Votación de la investidura
Visto lo visto en estos dos últimos meses, sería bueno para la gobernabilidad de España que todos los diputados que acatan la Constitución (y no por imperativo legal sino porque creen en ella y la defienden), en la sesión de investidura para Presidente del Gobierno votasen al candidato del partido más votado, ahora el PSOE, o se abstuvieran, con el fin de que todos los nacionalistas radicales y los populistas quedasen en abierta oposición.

Imaginemos por un momento esta votación sobre el diputado Pedro Sánchez como candidato a la Presidencia del Gobierno: Votos a favor: 133 (PSOE, PNV, CC, PRC y Compromís). Abstenciones: 125 (PP, Cs, N+). Votos en contra: 92 (Vox, ERC, JpC, Bildu, y Podemos). En segunda vuelta saldría adelante la candidatura.

En cuestiones de Estado siempre habría 258 votos a favor y en contra 92. Para presupuestos, habría que negociar, pero siempre habría 125 abstenciones que posibilitarían salir adelante. Mientras, los nacionalistas radicales y los populistas quedarían al margen de la gobernabilidad de España. ¡Ahí es nada!




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