martes, 10 de diciembre de 2019

Pintores y Reyes del Prado



Hoy se ha estrenado en 200 cines de España este documental, que celebra los 200 años de existencia del Museo del Prado. Lo he visto en una sala de los cines Verdi de Madrid, una sala grande y totalmente llena, sobre todo de mujeres.

La película te seduce y te cautiva, y te hace reconocerte en el privilegio de disfrutar con lo que es patrimonio de toda la humanidad pero que, por fortuna, está en Madrid, en tu ciudad.

Y dejarte llevar por las imágenes, la narración de Jeremy Irons, la música y la opinión profunda y sencilla de diversos especialistas te emociona y hace que afloren lágrimas agradecidas por tener la suerte de conocer lo que te muestran, y por disfrutar de que te lo muestren con tanta vitalidad como entrega. Es un placer ante el que me siento reconocido. 

Si podéis, id a ver esta película al cine. Y si no, buscadla en Internet y disfrutadla.   
                             Jesús Bermejo



(Texto tomado del blog Cinéfilos frustrados)

"El presidente Azaña dijo de él que valía más que la propia república y monarquía juntas. La periodista Angels Barceló lo describió como “el orgullo de la nación”. El pintor Ramón Gaya dijo que no era un museo, sino una patria.

Señores y señoras: Bienvenidos a Pintores y Reyes del Prado.

Este año se ha cumplido nada menos que dos siglos desde que se inauguró el museo con sólo 143 cuadros, siendo hoy uno de las centros culturales más importantes del planeta. El sinfín de conmemoraciones culmina en la sala de cine con el debut cinematográfico de Valeria Parisi. Aunque a veces cae en la visión de “guiri” (que no falte el toro mirando a cámara para que sepamos que estamos en España ni los insertos de flamenco) desde luego que sabe de lo que está hablando. No sólo eso: Parisi ama al propio Prado tanto como a la ciudad de Madrid. No es capaz de evitar salir del museo para enseñarnos el palacio real, el Escorial o, simplemente, tomar una copa con el resto de madrileños. Entra y sale del recinto porque el Museo no es un templo inexpugnable, sino que no puede separarse del ritmo de la ciudad.

La experiencia que nos propone es fragmentada, como la de cualquier visitante que no sabe por dónde empezar ante tanto genio de la pintura. Incluso un “must” como El jardín de las delicias sorprende al aparecer casi al final de la película. Parece como si se hubiera acordado que le faltaba por verlo y corre rápido a visitarlo antes de marcharse. Nos hace la pregunta de cuál es nuestro cuadro favorito del Museo, tal y como seguro que nos hemos hecho cualquiera de nosotros. La propuesta narrativa de Parisi no es la de un erudito, sino que nos introduce en la piel de un visitante. Minipunto para la italiana.

Y, como italiana que es, lo que más le ha gusta es Caravaggio y sus seguidores, a los que dedica una importante parte del metraje (pese a que el pintor milanés está representado en el museo por la mínima). Pero esto es a lo que me refiero: Valeria nos cuenta el Prado desde sus ojos de invitada. Lo cierto es que la tierra le lleva tirando desde el minuto uno de la película, ya que nos presenta a Tiziano como piedra angular del museo. Por cierto, otro minipunto para Parisi, puesto que posa sus ojos en una de las pinturas más importantes del veneciano y, sin embargo, más desconocidas: La gloria. Con él comienza un repaso a la historia del museo, íntimamente ligada al devenir de la propia España.

La cineasta no sólo da voz a cuadros y pintores, también a las principales responsables de su funcionamiento. Desde el actual director hasta María Mena, la máxima eminencia internacional sobre Francisco Goya. De sus labios surge la más inspirada línea de guión de todo el documental: “Belleza es aquello que nos hace salir del agujero”

¿No te resulta curioso que sea una italiana quien dedique el documental a un Museo en Madrid y que el británico Jeremy Irons nos haga de maestro de ceremonias? Puede extrañar en frío, pero a medida que El documental deja muy claro que en el Museo del Prado no hay cabida para nacionalismos. Porque el museo del Prado no es ni de sus reyes ni de sus pintores. Ni siquiera es del estado.
El museo del Prado pertenece a todos."






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