Un blog interesantísimo:
“Es la historia de
aquellos portugueses y sus descendientes que, ya sea de paso o asentados en
Madrid, nos dejaron y nos siguen dejando sus huellas, sus pequeñas o
grandes obras.”
Veamos cómo se
presentaron hace ya unos años:
“No hay constancia de que
el gran poeta luso Fernando Pessoa (1888-1935) haya
estado en Madrid, sin embargo esta ciudad le dedica una
calle con su nombre en el barrio de la Concepción junto a otros grandes
poetas como Luis Cernuda y César González Ruano.
Pero en este blog no
vamos a hablar de Pessoa -aunque no lo parezca- ni tampoco de
sus heterónimos, sino de otros pessoas, otras personas e
historias menos conocidas. Es la historia de aquellos portugueses y sus
descendientes que, ya sea de paso o asentados en Madrid, nos dejaron y nos
siguen dejando sus huellas, sus pequeñas o grandes obras.
Lo que tienen en común
todas estas historias es su escasa divulgación, tanto entre nosotros como entre
nuestros vecinos de poniente. Estoy convencido que es fruto del desconocimiento
y desconfianza mutuas que tanto caracterizan nuestras relaciones. Razones
históricas y geo-estratégicas explicarían esta peculiar relación que dura
ya demasiado tiempo.
Nuestro
objetivo tampoco es analizar aquí dichas razones ni luchar contra el
destino, pero si que nos gustaría, con este blog, acercar un poco más a
españoles y portugueses, habitantes de naciones tan próximas y tan
distantes, tan hermanadas y tan distintas.
Pessoas en Madrid quiere
dar a conocer esa faceta oculta de Madrid, esas huellas, personajes, obras y
hechos que, con carácter y acento portugués, se relacionan estrechamente
con nuestra querida ciudad y hacen parte de su historia, de su alma.
Descubriremos
personajes ilustres y anónimos -de ayer y de hoy- en su paso por
Madrid, obras desaparecidas y otras que perduran, hechos sencillos y otros
épicos dignos de nuevos Lusíadas en Madrid.
No en vano, ya el Padre
Antonio Vieira (1608-1697) al reflexionar sobre Portugal y los
portugueses, afirmaba que ser portugués es nacer pequeño para
volverse grande, es tener la capacidad de no quedarse ensimismado y dejar su
huella en los cuatro rincones del mundo.”
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