El contenido
No, no voy a
hablar aquí de la indecencia del máster de Cifuentes, menos aún del delirio de
Puigdemont, y todavía menos del rifirrafe de las reinas. Los tres asuntos tapan
lo más grave: la brecha social, cada vez más ancha y profunda, que hay entre
los más ricos -los beneficiarios de la crisis- y la mayoría de la
población. Y eso no se soluciona con un cambio de presidenta de una Comunidad,
con la independencia de otra Comunidad, con el buenhacer de los miembros de la
Casa Real.
¡Menos teatro y más
política!
La forma
¡Ah! ¡Qué curioso! Doctores y catedráticos, periodistas y tertulianos, cuando se refieren a la
inexistente acta de Cifuentes señalan tal documento con el determinante este o ese, e incluso acompañan tal nombre con un adjetivo en masculino. ¡Repasen ustedes la Ortografía de la RAE, por favor!
Un acta falsificada:
carta mía enviada a El País
Mucho se habla y se
escribe en estos días acerca del acta del máster de la señora Cifuentes. Es
casi un lugar común oír y leer este acta, cuando lo correcto
es esta acta, dado que si un nombre femenino comienza
por a (o ha) tónica, como aula, hacha, acta, solo
se ponen en masculino los determinantes el, un, algún y ningún para
evitar cacofonía. Por tanto, debe decirse esta acta. Y, por
supuesto, evitar decir un acta falsificado, pues lo normativo
sería un acta falsificada.
El sustantivo agua es de género femenino, pero tiene la
particularidad de comenzar por /a/ tónica (la vocal tónica de una palabra es
aquella en la que recae el acento de intensidad: [água]). Por razones de
fonética histórica, este tipo de palabras seleccionan en singular la forma el del artículo, en lugar de la forma femenina
normal la. Esta regla solo opera cuando el artículo
antecede inmediatamente al sustantivo, de ahí que digamos el agua, el área, el hacha; pero si entre el
artículo y el sustantivo se interpone otra palabra, la regla queda sin efecto,
de ahí que digamos la misma agua, la extensa área,
la afilada hacha. Puesto que estas palabras son femeninas, los
adjetivos deben concordar siempre en femenino: el agua
clara, el área extensa, el hacha afilada (y no el agua claro, el área extenso,el hacha
afilado).
Por su parte, el
indefinido una toma generalmente la forma un cuando antecede inmediatamente a sustantivos femeninos
que comienzan por /a/ tónica: un área, un hacha, un
águila (si bien no es incorrecto, aunque sí poco frecuente,
utilizar la forma plena una: una área, una hacha, una
águila). Asimismo, los indefinidos alguna y ninguna pueden
adoptar en estos casos las formas apocopadas (algún alma, ningún alma)
o mantener las formas plenas (alguna alma, ninguna alma).
Al tratarse de
sustantivos femeninos, con los demostrativos este, ese, aquel o
con cualquier otro adjetivo determinativo, como todo,
mucho, poco, otro, etc., deben usarse las formas femeninas
correspondientes: esta hacha, aquella misma arma, toda el agua,
mucha hambre, etc. (y no este hacha, aquel mismo arma, todo el agua, mucho hambre, etc.)
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