martes, 2 de febrero de 2021

La Candelaria y San Blas

                 

Las Candelas

Desde tiempo inmemorial se vienen celebrando en nuestra civilización diversas fiestas relacionadas con el paso del tiempo y las estaciones del año. Poco a poco, la iglesia católica las santificaría, pero, en esencia, siempre siguieron respondiendo a su carácter primigenio. 

Al comienzo de cada estación siempre hay una fiesta. Sucede así con lo que conocemos como Navidad, el primer día del invierno; Semana Santa, inicio de la primavera; San Juan, el empezar del verano, y las fiestas de las diversas Vírgenes y Cristos del comienzo del otoño. Y, en medio de cada estación, otra fiesta. Así, en la mitad del invierno, Las Candelas; en medio de la primavera, la Cruz de Mayo; en la mitad del verano, la Virgen de agosto; en medio del otoño, Los Santos.

Eran fiestas de celebración de la naturaleza y, con finura y respeto, pero haciéndolas suyas y barriendo para su casa, la iglesia supo buscar el mejor santo o santa para cada caso.

Así sucede con Las Candelas, el dos de febrero y con San Blas, el tres. Las Candelas: la fiesta de las velas, de la luz, cuando ya el invierno oscuro queda atrás y hay más horas de sol. Y, a la vez, la Presentación de Jesús en el templo, simbolizando la nueva vida que nació y que ya se hace pública y visible.

Son varios los poemas que, como un registro meteorológico oral, recuerdan que el día de Las Candelas predice cómo será lo que queda de invierno. El más conocido hace referencia a la brevísima procesión de la Candelaria, en cuyo recorrido las velas podían apagarse o no, dependiendo del viento y de la lluvia si hubiere:             

    Si la Candelaria chora

    invierno fora.

    Y si no chora

    ni dentro ni fora.

    

   Pero si da en reír 

   invierno por venir.

   Y si no ha nevado

   y quiere nevar,

   invierno por comenzar.


 Jesús Bermejo



https://roblesamarillos.blogspot.com/2019/02/aqui-las-candelas-en-eeuu-la-marmota.html


     

La Candelaria y San Blas en Los Navalmorales (Toledo)

El 2 de febrero se celebra la Candelaria. Aquí van algunos dichos recogidos de varias personas navalmoraleñas:

Si se apagan las velas,

el invierno está fuera.

Cuando la Candelaria implora,

iba el invierno fuera.

Si la Candelaria implora,

ya está el invierno fora.

Si la Candelaria llora,(3)

el invierno está fuera.

Si quiere o no quiere llorar

medio invierno está por pasar.

Si la Candelaria plora,

el invierno ya está fora.

Pero si no ha nevado y quiere nevar

el invierno por empezar.

Por la tarde, se hacía un fuego a la puerta de la iglesia, se bendecían y encendían las candelas. A continuación, había una procesión de candelas alrededor de la iglesia. Las madres que habían dado a luz en ese año, una vez encendida las velas, se unían a esa procesión y presentaban a sus niños en el templo, siguiendo el rito católico que se conmemora ese día: la purificación de la Virgen y presentación de Jesús en el templo.

Hoy día en Los Navalmorales es ritual en activo pues se bendicen las velas y hay procesión, aunque ya no se mantiene la presentación del hijo en el templo. Recordemos ahora que, cuando una mujer daba a luz, la primera salida era a misa y se decía “Ya ha salido a misa”. La madre después del parto iba a misa acompañada de otra persona, no necesariamente su madre. Al entrar en la iglesia, la madre se quedaba un poquito rezagada dentro del templo y la acompañante se adelantaba, mojaba sus dedos en la pila del agua bendita y se la ofrecía y se santiguaban. Después seguían para el interior del templo a escuchar la misa. Este ritual todavía existía en los años setenta.

 San Blas 

“Por san Blas la cigüeña verás”. La víspera de la festividad, el 1 de febrero, se volteaban las campanas y se hacía una gran luminaria a la puerta de la iglesia. El abuelo del tío Virgilio ‒ nos dice Luis del Pino‒ y de Tere y Angelita Campillo, al que llamaban el tío Penas, porque siempre se quejaba ‒¡ay, qué penas!‒, Damián Campillo Moracho, tocaba el tambor. Luego siguió haciéndolo, hasta que falleció, su hermano Crisóstomo, el enterraor. Siempre lo tocaron los Sogas. Después lo sustituyó Chaparro, José Hinojosa, el último que lo tocó. A los tocadores se les iba ofreciendo vino en forma de paga.

El tambor era grande, una tambora de color verde, que se tocaba por las noches, hoy no localizado. Según Esperanza Sánchez-Huete (1942-) el párraco de entonces, D. Bernardo, decía que era un tambor del siglo XVI. Sigue Esperanza informando que, ocho días antes de san Blas, salía el tío Soga, el citado enterraor, por el pueblo tocando el tambor y los niños iban detrás de él cantando:

Racataplán, que se cae el cielo,

Racataplán el tambor de san Blas.

y, parece ser, que esto sucedió hasta los años setenta.

La lumbre, que se prendía en muchas bocacalles, se hacía con ramón, con los capachos del molino de Consuelo Renilla ‒deshecho de la prensa de la aceituna‒, con trapos y objetos viejos. Las luminarias se brincaban y había cohetes. Había un dicho, en relación a la cronología de la Candelaria y de san Blas:

San Blas: María, yo voy primero

La Virgen: No, yo delante y tú detrás.

Y otro que recoge Angelita Campillo:

Hay alguno que dirá,

que se ahogue aquel que canta.

Soy devoto de san Blas

y me aclara la garganta.

La mañana de san Blas había misa y procesión por las calles, aunque estuviera nevando ‒sigue Luis del Pino‒. Podía hacer mucho frío pues, a veces, la Fuente de los Seis Caños, se helaba.

La tía Regina hacía roscas, que son de masa de pan, o las encargaba y los que querían las adquirían, después de un donativo. Luego se llevaban a bendecir (juntamente con agua y vino), hecho que sucedía al finalizar la misa, pues este alimento servía para curar los males de garganta ya que san Blas, según la tradición, salvó la vida de un niño que tenía una espina de pescado clavada en la garganta, por lo que es el patrón de dicho órgano. A la hora de la comida, las familias celebraban la fiesta en el Calancho, en la zona de las Viñas, comiendo el plato tradicional: tortilla de patata con rodajas de chorizo, ensalada de escabeche (besugo que venía en toneles grandes de madera), aceitunas, cebolleta morada, tomate, pimiento y, de postre, ensalada de naranja, azúcar y vino blanco o tinto (la receta puede variar según las tradiciones familiares). Algunas informaciones indican que también se subía a la Sierra el Santo a comer la tortilla. Hay que decir que esta costumbre culinaria se mantiene todavía hoy en día en Los Navalmorales, aunque ya no se salga al campo.

La imagen de san Blas, informa Encarna López Magán (1936-), la regalaron los hermanos Isidoro, el Músico, y Regina López Recuero, después de la guerra civil, quienes también costeaban las roscas y la misa de ese día. Así como san Blas porta un báculo arzobispal, así había báculos que tenían en la empuñadura un san Blas chiquito. Estos báculos los tenía la tía Regina y se llevaba a las casas de los niños enfermos, seguramente de garganta, para que les curara. Después, hasta los años 80, Encarna y Teresa López y Mari, la mujer de Isidoro López, siguieron la tradición de encargarse de las roscas y de llevarlas a la iglesia para su bendición, hasta que ya, mayores, lo dejaron. Hoy, cada interesado encarga las roscas en las panaderías y las lleva a bendecir a la misa. Por lo visto, hubo una hermandad de san Blas, hecho que el actual párroco no corrobora.

La tradición de san Blas, como patrón de las dolencias de garganta y las roscas correspondientes, está muy extendida por toda España. No lo está tanto la procesión con el tambor, que parece que era esencialmente dedicada a los niños. Sí se mantiene hoy en Los Navalmorales el acto religioso de la misa y bendición de las roscas y, en el colegio, los profesores organizan a media mañana un recorrido por las calles con los niños cada uno tocando un tamborcito de juguete y gritando, “Ratacaplán, el tambor de san Blas”. Parece ser que esta fiesta fue más importante que la de S. Sebastián, que la ha suplantado.

Mariví Navas

                                                                  Tierra de Valdepusa:        https://www.facebook.com/100067699464220/posts/pfbid0bLDLZy4tkB9z5jRP91cmiDgD1EHKro33G5DrXUGsDbPXbLQqVyxCdFx4bhXkt7Enl/?app=fbl  


La Puebla de los Infantes (Sevilla) 


                                           
                  



 

 


1 comentario:

  1. Agradezco vuestro trabajo, pues de estas cosa debe quedar constatación en la redes para que no se pierdan, pues, por desgracia, los libros estan en deshuso, y gracias las personas que las vais publicando, conseguiremos que nos se pierdan, gracias por vuestro trabajo a seguid con ello, siempre alguien os lo agradecerá y lo utilizará.

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