En la Biblioteca Municipal de Los Navamorales, el 16 de diciembre de 2024 tuvo lugar la presentación de Perdido entre versos, de Isidoro Moreno Sánchez, con una notable asistencia de vecinos, familiares y amigos del autor. Coordinó el acto María Victoria Navas, que informó del itinerario profesional del autor. Después, Isidoro fue dando a conocer de forma amena su nuevo libro: proyectó imágenes, contó algunos pormenores de su elaboración y leyó algunos poemas. Jesús Bermejo hizo una breve exposición de sus impresiones acerca del poemario. Por último, hubo un animado debate entre el público y el autor.
Intervención de María
Victoria Navas
Muy buenas tardes a todos.
Una
vez más, mi tarea va a ser la de moderadora del acto.
Hoy
traemos aquí, a nuestra biblioteca de Los Navalmorales, el segundo libro de
poemas de Isidoro Moreno, Perdido entre versos. Obra anunciada en abril
pasado cuando nuestro autor presentó en este mismo espacio sus Versos
menguantes.
Como
veis nuestro paisano es “un máquina” en lo que a creación literaria se refiere pues
lleva, que sepamos, dos publicaciones en menos de un año.
Después
de unas frases que diré sobre la biografía de Isidoro, Jesús Bermejo, profesor
de lengua y literatura españolas, hará un recorrido sobre el contenido del volumen
que hoy nos ocupa.
A
continuación, Isidoro nos hablará de este poemario, Perdido entre versos,
que tiene el gusto de dar a conocer en su pueblo. Y de lo que quiera.
Por
último, los asistentes podréis hacer las preguntas y comentarios que
consideréis pertinentes.
Isidoro
es uno de mis amigos más recientes. Ambos éramos profesores en la Universidad
Complutense, cada uno en su propia especialidad. Lo que en una universidad con
dos campus, repartidos en más de 26 edificios y con cerca de 80.000 alumnos, hace
prácticamente imposible conocerse si no existen vínculos intermedios.
Fue
otro paisano y amigo de los dos, Juan Pablo Martín, quien hace unos pocos años,
tal vez en 2019, insistió una y otra vez en que nos conociéramos.
Y
así fue.
En
una cita a ciegas con Isidoro y Ana, su mujer, quedamos en una terraza de la
Puerta de Alcalá. Y fue empatía y simpatía a primera vista entre todos.
A
partir de ahí, el intercambio de correos, textos, proyectos, consultas han sido
constantes.
Y
la amistad también.
Y
se ha ido creando con Isidoro, con Ana y con sus hijas y yernos una especie de
tribu cuyo centro son Los Navalmorales. Pero es que ya ha atraído a nuestro
útero local a su yerno Javi Mansilla y a su hija Irina y, pronto, también
estará su otra hija, Lena.
La
vez anterior, en abril pasado, destaqué el gusto de Isidoro por recoger las
tradiciones y la cultura de Los Navalmorales, como el cancionero (inédito) de
Doroteo Martín del Río, el tío Caserilla.
Mencioné,
asimismo, su empeño personal, como especialista que es en la materia, en la
creación del Proyecto Museológico y Museográfico de los Navalmorales, que
publicó la Asociación Museo Etnográfico de Los Navalmorales (MENA), en 2021, con
el título De ti para ti, tus raíces en tu Silo.
Y
cité sus colaboraciones habituales en la revista Forja, a las que nos
hemos acostumbrado, como los textos sobre las inscripciones de las lápidas de
nuestro cementerio, y los caminos, sendas y rutas de nuestro término municipal.
Isidoro,
con una sólida formación en fotografía, cine y radio, ha sido guionista,
realizador de cortometrajes y anuncios publicitarios, o creador de series
interactivas.
A
nivel docente, ha sido profesor del Departamento de Comunicación Audiovisual y
Publicidad, en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad
Complutense, hasta su jubilación.
Es
autor de varios libros profesionales, publicados individualmente y en
colaboración; y de decenas de artículos.
Como
ya se dijo en este lugar, tiene un currículum espectacular en lo que se refiere
a la creación de museos y proyectos culturales hipermedia y transmedia. Es en
ese campo, una referencia singular a nivel internacional.
Entonces,
dijimos que ha sido creador de siete museos por todo el mundo: el Museo del
Libro de la Biblioteca Nacional de España, el Museo Ecuestre de Jerez (2005), el
Museo de la Festa del Misteri de Elche (2020), otros tres más y el proyecto del Museo Interactivo de Miami. Además, ha comisionado 20 exposiciones.
Hoy
aquí, me gustaría completar la biografía de Isidoro contemplando otros aspectos
de su labor investigadora que sin dudarlo nos ayudarían a comprender a la
persona que es.
Así, entre sus trabajos encontramos los relativos a
la problemática de la docencia (“La
universidad del siglo XXI: De la multidisciplinariedad individualizante a la
transdisciplinariedad colaborativa”) (2017).
Otros referidos al patrimonio artístico durante la guerra civil y la
posguerra (2017, 2018).
Un tercer grupo dedicado a Toledo y a sus tres culturas (2015, 2018). Tema del que tiene una publicación ya en el horno en la que nos mostrará (según tengo entendido) la ciudad imperial con fotos nocturnas y poemas.
Además, Isidoro lleva un tiempo investigando la presencia de España en la poesía del exilio, fruto de cuyo trabajo tendremos los primeros testimonios en el próximo número de Forja, que se presenta este viernes, con un estudio sobre Aurora Correa y Angelina Muñiz-Huberman. Autoras, por cierto, a las que también hace referencia en el poema La vuelta al mundo en este libro (pp. 40-41).
En fin, para terminar, me gustaría destacar que Isidoro es una persona modesta, carente de ese ego que a tantos acompaña ̶ “no me gusta ser el centro, / prefiero la periferia”, dice en su poema Huida del yo, p. 89 ̶ ; que tiene y reivindica sus raíces en Los Navalmorales, como lo demostró al recoger el Olivo de Plata, que este año le concedió el Excelentísimo Ayuntamiento, cuando dijo: “Las coplas son el cordón umbilical que me mantiene siempre unido a mi pueblo”.
Intervención de Jesús Bermejo
Mi primer
contacto con el libro Perdido entre versos, de Isidoro Moreno, fue
cuando lo presentó en la Biblioteca Eugenio Trías de Madrid hace un par de
meses. Como en la presentación de su libro verSOS menguantes, Isidoro
atendía a todo el mundo, verificaba que los aparatos funcionaran, conversaba
con los amigos y familiares más cercanos y sonreía. En cuanto empezó el acto,
la inquietud previa dejó paso a una persona tranquila, que iba transmitiendo al
auditorio el contenido de su libro de una forma sencilla y atractiva.
Perdido entre versos también es una colección de
poemas acompañados de sendas fotografías en la que los textos y las imágenes
dialogan y se complementan. Y para que este diálogo se establezca sin
intermediarios, sutilmente Isidoro enumera en el índice, al comienzo del libro,
todos los pies de foto, que recomiendo vivamente leer, por la exhaustiva
información que dan y porque ayudan a entender mejor el diálogo entre cada foto
y su poema. Vaya como ejemplo de lo que digo el pie de foto del poema Perfume,
que encontramos en la página 15.
Perdido entre
versos. Perdido entre los versos de muchos poetas: Antonio Machado, Gonzalo de
Berceo, Juan del Enzina, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, San Juan de
la Cruz, la Santa de Ávila, María Zayas, Pedro Garfias, León Felipe, Cervantes,
los anónimos del Cancionero Tradicional Español, José Moreno Villa, José Hierro,
Emilio Prados, Enrique Díez Canedo, Juan Rejano, Ernestina de Champourcín, Federico
García Lorca, Pablo Neruda…
Perdido entre los
títulos de muchas obras poéticas: Hijos de la ira, Campos de Castilla, Pido la
paz y la palabra, Cien poemas de amor…
Poemas de amor
y poemas de dolor aparecen en el libro: Perdido de amor y Perdido de
dolor son sus dos partes.
En mi opinión, Perdido
entre versos se asienta, como verSOS menguantes, en tres
pilares: la sinceridad, la emoción y la sabiduría.
Sinceridad
El poeta elige la sinceridad desde
el primer poema, su Autorretrato:
Ni soy Isidro,
ni soy Moreno,
ni soy Sánchez.
También se le observa disfrutando:
Irina, Ana y Lena
llenan mi vida de poesía.
Se le observa sufriendo:
Maldigo las manos
de los dictadores
que se adueñan de la calle y de las almas.
Se le ve solidario en la memoria:
¡Desconocido tú, Pedro Garfias?
Y recito sus versos de memoria:
España que perdimos, no nos
pierdas;
guárdanos en tu frente derrumbada,
conserva a tu costado el hueco vivo
de nuestra ausencia amarga
que un día volveremos, más veloces,
sobre la densa y poderosa espalda
de este mar, con los brazos
ondeantes
y el latido del mar en la garganta.
Sí, Pedro, has vuelto, estás aquí
en torno a la mesa de Francisca,
te gustarán sus versos
y su arrós con verduras;
las cultiva Federico
en la Huerta de San Vicente.
Pero en este arrós faltan comensales,
faltas tú, Angelina
Muñiz-Huberman:
“¿Cuál es tu nacionalidad?
Ahora lo sé.
Exiliada.”
Falta Juan Rejano…
Mirad, llega Ernestina de Champourcín
sin patria y Sinsombrero.
Emoción
Los poemas y las fotografías nos
transmiten alegría, dolor, tristeza, rebeldía, amor; emociones expresadas de
una forma contenida, como sin querer llamar la atención, con un pudor que a
veces se tiñe de humor fino. Leed Kerida Amelia y veréis condensadas
todas estas emociones. O ese poema titulado Contraseñas:
Abuelas,
abuelos,
sois la contraseña
de mi corazón.
O aquel otro, titulado Cualquier
lugar era un paraíso
El riscal,
una montaña rusa;
el monte,
un laberinto;
la labranza,
un palacio encantado.
Estando con mis padres
cualquier lugar
era un paraíso;
un paraíso en el que está mi hermana
con ellos,
un paraíso que visito todos los días.
Sabiduría
Por debajo de una aparente sencillez está la experiencia de toda una vida, que empieza en un jergón de paja, pasa por muchos mundos y se condensa en este poemario. Leed por ejemplo Veredas sabias, Bienaventuranzas del siglo XXI o Confesión de Chet Baker y convendréis conmigo en que estamos ante un hombre sabio.
Yo no necesito una aventura,
necesito un amor
y compartir con ella la dulce rutina
del día a día
alejado de las carreteras
y de los moteles.
Necesito un paseo rutinario cada mañana
y aprenderme en nombre de los hijos
y de los perros de mis vecinos,
escuchar a la gente decirme buenos días.
Yo no necesito una aventura,
necesito un amor
y una casa para adentrarme
en el viaje interior que nunca tuve,
y así transformar mi soledad
en caricias.
Sabiduría, e
ironía de la fina es la que destila el poema Ladrillos:
Muchos versos alaban las piedras de Toledo
y de vosotros, modestos ladrillos,
se olvidan los poetas.
¿Será porque nos recordáis
que somos polvo
y en polvo nos convertiremos?
Al ir acabando
de leer la segunda parte del libro, Perdido de dolor, el poeta se abre a
la esperanza, y así lo muestra en el poema final:
Vivo con la esperanza
de escribir un solo verso verdadero
que me salve.
Quiero
felicitarte, Isidoro por ofrecernos este libro tan bello, tan lleno de
sinceridad, de emoción y de sabiduría. Debemos darte las gracias, Isidoro, por
ofrecernos este libro tan bien escrito y con unas fotografías tan excelentes. Y
también por venir a Los Navalmorales a presentárselo a los amigos y paisanos de
tu pueblo.
Magnífico espacio de sabiduría y convivencia, personal atento y dispuesto, un acto difícil de olvidar por lo emotivo del momento, por la excelente presentación y el apoyo de un público interesado, cariñoso y ávido de saber.
ResponderEliminarMi más sincero agradecimiento al Ayuntamiento de Los Navalmorales, a toda la Corporación Municipal y a su alcalde, Antonio Talavera; a la Biblioteca Pública Municipal, mi biblioteca, y a su competente y atento bibliotecario, Arturo Marqués, y, especialmente, a todas mis paisanas y mis paisanos que me arroparon con su amistosa presencia. He tenido la suerte de tener como presentadora a María Victoria Sánchez-Élez y como presentador a Jesús Bermejo. María Victoria, Mariví, es una reconocida filóloga y compañera de la Universidad Complutense, que, entre otras muchas publicaciones, ha escrito un Romancero y Cancionero de Los Navalmorales imprescindible para comprender nuestra poesía popular. Quienes seguís este blog conocéis bien la altura literaria de Jesús Bermejo. No os perdáis sus memorias, tituladas como el blog, Robles Amarillos, publicadas por Mundo Libre Libros: https://mundolibrelibros.com/jesus-bermejo-2/
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