

Hoy le envié a mi amigo Juan Pablo
un mensaje por wassap y unas fotos. Un buen rato estuvimos de cháchara sobre
los árboles podados en diciembre:
Jesús:
“Al venir del
bar Avenida, se ven en tu calle los árboles que podaron en invierno, con muchas ramas y un
verdor desatado. Y aquí, en casa, también ese verdor desatado, tras meses de
tristeza por la poda a la que fueron sometidos la higuera y el árbol del amor”.
Juan Pablo:
“¡Ha sido
fertilizador! ¡Qué vigor y qué alegría en esas ramas brotadas! ¡Enhiestas
hacia el cielo! ¡Exuberante!”
Jesús:
“Bien creí,
por momentos, que me los había cargado. Tú me animabas...Yo, con ironía, os
decía que me abrazaba al tronco de la higuera como para darle fuerzas...”
Juan Pablo:
“Lo recuerdo.
Pero siento decirte que tus afectos no fueron causa de su esplendor sino
resultado de la insensible poda radical”.
Jesús:
“Esa
insensible posa radical fue la causa de mis abrazos, como disculpa y
descargo...”
Juan Pablo:
¡Renacieron de sus esqueletos!

No hay comentarios:
Publicar un comentario