viernes, 25 de enero de 2019

Juan Eduardo Zúñiga cumple cien años



 “Veloces pasan los años y a nuestra espalda dejan infinidad de hechos, de personas valiosas o despreciables...” Así comienza el libro Fábulas irónicas de Juan Eduardo Zúñiga, quien ayer cumplió cien años. Estimado señor Zúñiga: no encuentro mejor forma de felicitarlo, a usted, un escritor tan valioso, que haciéndole saber que, una y otra vez, leo y releo sus libros, y los recomiendo por todos los sitios, para que deje de ser usted un escritor de culto y oculto, como dice Luis Mateo Díez, pues leer sus libros es tomar conciencia de estar leyendo a un gran escritor, a un magnífico cuentista, a un poeta que ama a su ciudad y a los que en ella viven. Gracias, maestro. Gracias por escribir.
Y, ya de paso, déjeme que aproveche para convidar a directores de cine y de series a que lean sus libros, porque en ellos hay sobrada materia que acaso les podría interesar. Tal, por ejemplo, el relato  Ruinas. El trayecto. Guerda Taro, ese cuento suyo en el que, en un Madrid abatido, frío y medroso, nos presenta usted un soldado que va haciendo memoria e intentando recordar quién era Guerda Taro, aquella fotógrafa que un día le dijo, en la azotea del Círculo de Bellas Artes, que “pasarían años y todo quedaría olvidado pero un día esas fotografías habrían de servir para juzgar la barbarie y la crueldad de unos años sangrientos.”
Jesús Bermejo

PD)


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