Está
amaneciendo en Puerto Castilla (Ávila) un día cualquiera de verano. Daniel
Bermejo, que va por el pueblo a menudo
a la casa vieja de su abuelo, regresa a esta después de una noche de amigos, o
quizá no sea eso, sino que se ha levantado con el alba y va a correr un buen
rato para disfrutar del lugar mientras hace ejercicio. Al ver el Calvitero
desde el Corralillo, se detiene un momento, observa, saca su móvil y hace la
foto, un crisol de luz y colores. Luego sigue corriendo (o se va a dormir, si
estuvo de marcha por la noche).
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