lunes, 10 de enero de 2011

Madrid

El cielo de Madrid





En 1962 llegué a Madrid por primera vez. Poco a poco la ciudad fue entrando en mi vida; y poco a poco yo la fui conociendo. Empecé en el barrio de Noviciado, las calles cercanas a San Bernardo, la Gran Vía, la Plaza de España, Sol, Cibeles...
Con los años, el radio fue ensanchándose, y otros barrios de nombres sonoros, Paseo de Extremadura, Ventas, Prosperidad, Vallecas, Moratalaz, Fuencarral, Carabanchel, me hicieron comprender que las ciudades son algo más que su centro, que nadie conoce verdaderamente una ciudad si ignora todo lo que no sea su cogollito histórico.
Y conociendo los barrios fui apreciando cada vez más la forma de ser de los madrileños, sus costumbres, sus intereses, sus ilusiones. Así fue como Madrid pasó poco a poco a ser mi otro pueblo. Si me preguntan de dónde soy, contesto que de Aravalle, el pueblo donde nací, y de Madrid, la ciudad donde vivo. A pesar de sus defectos, Madrid me gusta, tiene vida, es acogedora, tiene algo especial.
Hace unos meses, dando un paseo por el centro con una cámara de fotos, se me ocurrió recoger eso que los vecinos de Madrid, en nuestro ajetreo diario apenas vemos, lo que está un poco más arriba del horizonte de nuestros ojos.
Aquí traigo algunas de aquellas fotos, jugando un poco con los iconos que coronan algunos edificios singulares de Madrid. Y en todas ellas, el cielo, un cielo singular de primavera: El cielo de Madrid.







Un paseo por Madrid






Que por mayo era, por mayo…

En aquellos días de mayo de 2004 ya iba apretando algo el calor primaveral, alternándose con lluvias torrenciales que deslucieron una famosa boda. La ciudad se engalanó para la ocasión, y quien más quien menos, hasta los más republicanos se dieron un paseíto por la ciudad para ver qué era lo que había sacado a tanta gente de sus casas. Yo hice tres cuartos de lo mismo, y guardo una tira de fotos de aquella tarde. De entre ellas, he elegido las que más me gustan, por esos cielos de Madrid que parecen cuadros.





El Madrid de la guerra civil




En el Ateneo de Madrid, un día de junio de 2004 vi un anuncio de un paseo por el Madrid de la guerra civil, tendría lugar justo sesenta y ocho años después del comienzo de la guerra, el 18 de julio.
Resultaba sorprendente no ver letreros, ni placas, ni paneles de ningún tipo que explicasen al paseante los vestigios de aquel terrible conflicto. Cualquiera que pasee por una ciudad europea observará placas y letreros que recuerdan episodios de su historia, también de los acontecimientos trágicos, por ejemplo las guerras mundiales. Si acaso, destaca lo que queda de los monumentos de exaltación de los victoriosos de la guerra, de los que durante cuarenta años sólo permitieron su versión de los hechos. Digo yo que estaría bien una explicación de lo mucho que aún queda de aquella época, y sólo con un fin: aprender de la historia, para no olvidarla, para no repetirla.
Me parece oportuno subir aquí algunas fotos realizadas en aquel paseo, comentarlas brevemente e insinuar a quien corresponda que se acelere la puesta al día de esta laguna en el conocimiento de nuestra ciudad.



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